lunes, 5 de marzo de 2012

MI SOLEDAD

No me siento sola, dentro de este gran mundo vacío, aun te miro a mi lado, te llevo conmigo, y aunque esta distancia hace cada vez más profunda, como la obscuridad dentro de un poblado bosque sin luna, sin estrellas, aun oigo tu respiración a mi lado, cerca de mi corazón.


Eres la otra parte de mi alma, mi sangre, mi amor, y aunque no te pido que te quedes, no te quiero perder, es una revolución de olas en el mar las cuales te alejan y traen, playa cuya brisa es tan fuerte que te golpea en el rostro dejándote marcas en la piel, que más tarde con el sol desaparecen.

Tu recuerdo me acompaña, más que un fantasma, parece un gran tatuaje de aguja fina de una figura mística, rara, hermosa, que viaja conmigo en el tiempo, en mi edad. Me haces recordar a una feliz niña, cuando siento tu abrazo, dándome seguridad, y cumpliendo mis más anhelados sueños, mismos que sólo son estar a tu lado.

Mi destino es incierto, con dotes de seguridad que trazo día a día, camino por el cual tropiezo y levanto despojos de mi corazón, pero cuando volteo a ambos lados de esta brecha estás tú, empujándome y esperándome, confiando y creyendo en mí, en mi espíritu y danzando con él, si tú no estuvieras en este camino, no habría luz, sólo habría revueltas y un pueblo fantasma…
Gracias por estar a mi lado, aunque estés a una infinita distancia, te siento conmigo, siempre estarás conmigo. Por eso mi mundo de soledad no está tan sólo porque aunque tú ni sepas, estás aquí tomando mi mano, haciéndonos una sola persona, como un anillo ajustado en mi dedo, como un apretado conejo en la luna.

NADA SUCEDE POR QUE SI

El mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. Un día un muchacho pobre que vendía mercadería de puerta en puerta para pagar sus estudios, vio que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, los nervios lo traicionaron cuando una encantadora joven le abrió la puerta. En vez de comida le pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven tendría hambre y le dio un vaso de leche. Bebió despacito y después le preguntó:
¿Cuánto te debo? No me debes nada respondió ella. Y continuo:- mi madre nos enseñó a no aceptar pago por una caridad. Él dijo:- pues te agradezco de todo corazón. Cuando Howard Kelly salió de aquella casa, no sólo se sintió más fuerte, sino que también su Fe en Dios y hombres era más fuerte. Él se había resignado a rendirse y dejar todo. Años después, esa joven mujer se enfermó gravemente.
Los médicos de su pueblo estaban confundidos. Finalmente la envió la ciudad más cercana, donde llamaron a un especialista para estudiar su extraña enfermedad. Llamaron al Dr. Howard Kelly. Cuando el médico escucho el nombre del pueblo de donde era ella, una extraña luz iluminó sus ojos. Inmediatamente vestido con su bata de médico, fue a ver a la paciente. Reconoció inmediatamente aquella mujer.
El doctor Kelly se propuso hacer lo mejor para salvar aquella vida. Dedicó especial atención a aquella paciente. Después de una dura lucha por la vida de la enferma, se ganó la batalla. El Dr. Kelly pidió a la administración del hospital que le enviara la factura total de los gastos. El pagó, después anotó algo y mandó que se la entregaran a la paciente. Ella tenía miedo de leer el documento, porque sabía que tendría que trabajar el resto de su vida para pagar todos los gastos.
Finalmente leyó la factura y algo le llamo la atención. Decía lo siguiente “totalmente pagada hace muchos años con un vaso de leche: Dr. Howard Kelly". Lágrimas de alegría brotaron de los ojos de la mujer y su corazón feliz rezó. “Gracias Dios, porque tu amor se manifestó en las manos y en los corazones humanos.
En la vida nada sucede porque sí. Lo que haces hoy, mañana puede ser la diferencia en tu vida.

Relaciones abiertas: Un juego cruel y peligroso

No quiero admitirlo, pero voy por el camino equivocado. Soy consciente de mi situación, pero no sé hasta cuándo soy capaz de perder tan sólo por querer vivir y mantener fuerte esta aventura contigo. Siento que no estoy sola, y de alguna manera es un consuelo, pero es algo incierto porque no sé hasta cuándo podremos seguir viviendo esto, que es hermoso, pero siempre será sólo un juego cruel y peligroso.

Es maravilloso lo que vivo cuando estoy contigo, siento que vuelo lejos de este mundo, me pierdo en tu piel y entre tus besos vuelvo a nacer y vivir una y otra vez. Mas esa magia se desvanece con la salida de los primeros rayos del sol, es el momento en que ya no te encuentro a mi lado, es cuando me siento vacía y con el pensamiento de que quizás nunca más te vuelva a ver.

No quiero admitirlo, pero siento que me estoy enamorando. Lo que ayer comenzó como un juego, hoy es un dolor que llevo dentro. No seas cruel, por favor. No me digas que me extrañas y me quieres, y no me llames con palabras bonitas, sabemos muy bien que nunca atravesaremos esa barrera que nos separa del amor, ese amor tan puro e imposible de encontrar en un juego cruel como este.

Aunque no quiero dejar de escuchar esas bellas palabras que salen de tu boca de miel, palabras con un dulce veneno que me van matando de una forma lenta, pero segura. Moriré feliz escuchándote decirme lo importante que soy para ti y que nunca me vas a dejar.

En estos momentos es cuando comienzo a cuestionar, sobre los peligros del amor y me pregunto ¿qué será más peligroso: enamorarme de alguien que corresponda mis nobles sentimientos y vivir el amor asumiendo los riesgos que conlleva, como el fracaso, la desilusión, el desengaño, el desamor?… ¿O dejarme llevar en esta aventura insegura con el único propósito de vivir el presente sin preocuparme por lo que pueda suceder con mi corazón y con mi futuro, disfrutando de este perverso juego que nos hemos planteado asumiendo el peligro de que uno de los dos se enamore y no sea correspondido por el otro?

¿Por qué no a todas las mujeres las tratamos por igual?

¿Por qué dicen que los hombres a todas las damas las tratamos de igual manera? ¡Con mentiras y engaños! (eso no es cierto) siempre hay una primer mujer a la que amaremos, yo a esa mujer la conocí a los 4 años de edad, cuando mis ojos apenas podían ver, cuando mi piel apenas podía sentir, cuando mis oídos apenas podían escuchar, cuando mi sentido del olfato comenzaba a captar lindos aromas, era una mujer divina de apenas 15 años de edad, muy simpática, amigable, extraordinaria, magnífica diría yo…
Me hacía reír, gritar, me divertía, exploraba y aprendía de la vida junto con ella, tomados de las manos de un lado a otro, por subidas y bajadas, bajo la lluvia, el sol o la brisa de la playa, me gustaba estar siempre a su lado, me gustaba sentir sus caricias y besos, su linda y suave palma de la mano tocar mi rostro y secar mis lágrimas. Aunque aún yo era muy pequeño; la empecé a amar, empecé a sentirme seguro a su lado, sin ella me sentía solo, triste, apagado, enfermo, lo mismo pasaba cuando a ella la notaba triste.

Trataba de demostrarle que aquí estaba yo, que no estaba sola que podía confiar en mí, y aunque no podía decírselo, porque no salían palabras de mi boca, yo solo tomaba su mano con mis dos pequeñas manos, y ella sabía lo que yo quería decir. Ella era todo para mí, parte de mi otra vida, la empecé a ver de una forma diferente ya no sólo era mi amiga, yo sentía que ella era algo más para mí, otro nivel, estaba clavada en lo más profundo de mi corazón…
Conforme fui creciendo poco a poco lo fui entendiendo, asimilando ese comportamiento en mí, y hoy, hoy sé que esa mujer a la que siempre he amado es mi madre, mi madre que con tanto sacrificio me ha criado, una madre humilde que con tanto esfuerzo a echo de mí una persona con estudios y valores, ella; una persona que a pesar de tantos problemas y retos que la vida le dio, que pasó situaciones tal vez de escasos recursos, hambre, frío. cansancio y arduo trabajo; para dar lo mejor, de lo mejor que estaba al alcance de sus manos, para sacar adelante a su hijo.
Es por eso que le doy las gracias porque hoy se valorar la vida que ella me dio, y porque hasta el día de hoy estoy en esta vida; ayer fue por mí, mañana por ti madre. Te amo mamá. Te amo como tú me enseñaste a amar, y espero poder vivir muchos, muchos años más, al alcance de tu vista al alcance de tus consejos y al alcance de tus abrazos.